Razón de vida
Si vivo es porque el mundo no ha muerto.
Dejo las manos libres
Se enredan con la desidia, estrechándose hasta perder lo sublime.
Atrás, quedan el sudor y la esperanza
Se reinsertan a la rutina, al caos:
Locura normal.
Si continúo el camino es porque el mundo gira
Y si no detengo mis pasos es porque alguien puede robarse mi compasión
Que está destinada a seguir en compañía del humo y los ruidos de nuestra orquesta:
Luces y tráfico de muerte
Duendes de la calle
Almas en pena por nuestros pecados.
Todos, a un mismo ritmo, nos burlamos de los sueños de aquellas que alquilan sus olores.
Todo me hace sentir moribunda
Incapaz de brotar.
Si me sostengo es porque el mundo aun no se cae
Ni explota
Ni la angustia destruye las calles.
Aún sobreviven el asfalto y las construcciones
Y las manos desgarradas del mayor de las mayorías, todavía pueden con la tierra...
Entonces,
¿cómo he de morir
caerme
o rasgarme antes que el mundo?
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